Cristina, que es psicóloga, contadora de cuentos y quien tiene una habitación en su casa para alquilar a extranjeros me dijo una frase que me encantó:
Recibir extranjeros es como viajar al revés.
Lo que me parece tan cierto.
Recibir a alguien en nuestras casas implica conocer un poco más de su cultura, de sus costumbres. Es más, a veces, de la convivencia que tenemos con esa persona podemos conocer más de su país, que si fuéramos a visitarlo personalmente.
Lo fantástico es que muchas de las historias, realidades, y mitos urbanos que nos cuenta nuestro alojado no van a estar en ninguna guía turística, ni en ningún tour empaquetado.